Se está comentando en la
cuadra que vienen. Susana me contó que llegan la semana del 20. A mí
me dijo Martita en la peluquería que era recién el mes que viene.
En el taller comentó el jiropuch,
el que es hijo de Gustavo viste, que
no, que ya está todo programado para el 15, y él justo está en el
tema, por lo de los autos y eso. Al parecer también quieren probar
el asado de Ruben, supuestamente oyeron en el pueblo de Zupizoreta
que era el mejor y desde ahí están con eso en la cabeza, que van a
venir a lo del pelado a comerse la mejor tira del continente. Yo voy
a llamar al Tuerca Montalva a ver si es cierto lo que dice el
jiropuch, me suena medio a chuco
todo esto, no vaya a pasar como en Rovaira, que todo el mundo pensaba
que iban y al final era flor de paco de una gallega, que tiene una
verdulería y entre tomate y lechuga se inventa cosas, quedaron
recontra en orsai parece, con las calles todas prontas y nada.
En
Villa Calonga ya era un hecho que más allá más acá, llegarían
los de Google y su Googlecar,
para tomar imágenes del pueblo. Se generó una gran expectativa. De
repente los hospedajes comenzaron a invertir en sus fachadas, en
adornar mejor sus habitaciones, en comprar almohadas y nuevas
sábanas, las ferreterías renovaron parte de su stock, los carteles
de tránsito pasaron por una revisión de la municipalidad. Las
parrilladas (no sólo la de Ruben) empezaron a ofrecer cortes de
mayor calidad, algunas mujeres empezaron a llevar viejos vestidos a
las modistas, con alguna idea renovadora. En las escuelas se trató
el tema, se explicó qué era lo que venían a hacer, por qué
estarían estas personas dando vueltas por el pueblo estos días, se
mostró el fruto de trabajos similares en grandes ciudades y el
asombro de lo divertido de la herramienta no tuvo límites, los niños
pasaron horas jugando y aprendiendo en los rincones más ilustres de
la historia de la humanidad en todos los continentes. Se discutieron
las ventajas y desventajas en los clubes políticos, se debatieron
alternativas al sistema de información, hubo un joven militante que
propuso hacer una versión propia para el pueblo y difundirla, y si
les iba bien incluso podrían hacerlo en otros pueblos vecinos, en la
capital departamental, o quizá también en todo el país, eso
dependía de cómo les fuera, claro, pero ellos podían hacerlo
también, ya estaban ahí, ahora, conocían las calles, conocían sus
rincones, era cuestión de hacerlo. La posada El Rincón Oriental fue
la designada por la municipalidad, para ofrecer hospedaje (sin costo
claro) al equipo que llegaría el 15, o el 20 o quizá también el
mes que viene, dependiendo de cómo les fuera en los destinos
anteriores, según se comentaba. La municipalidad la eligió por su
prestigio, su historia, su capacidad y su buen servicio. Había otras
dos opciones, una quizá compitiera pero allí se había quedado el
senador departamental hacía unos años cuando había ido por la
campaña nacional, y era preciso compensar las cosas. La otra no pasó
la prueba del municipio por falta de higiene en la cocina. Al parecer
se vieron dos cucarachas donde no debían estar. El equipo se
quedaría dos noches en principio, dependiendo del ritmo de trabajo,
quizá tres si la carne de Ruben los atrapaba. El alcalde hizo los
llamados pertinentes, ajustó detalles y contactó a la prensa para
hacer algunas recomendaciones sobre el abordaje del tema en los
medios. Entendía que era una buena oportunidad para hacer mérito y
sobresalir. Dar a conocer las virtudes de Villa Calonga en este hecho
histórico de ser visitados por tan importante equipo de técnicos y
la oportunidad inédita de quedar en la posteridad digital, dando la
oportunidad a cada ser humano del planeta con conexión a internet,
de conocer cada rincón de ese hermoso pueblo en su más genuina
presentación.
Fijate
que mañana un monje tibetano desde el Himalaya, va a poder darse una
vuelta por nuestros pagos cuando quiera y el tiempo que
quiera...siempre que su internet se lo permita claro está. Y si le
gusta lo que ve, hasta capaz va y se compra un pasaje y se viene a
verlo en persona. A mí eso de que después cualquiera te pueda ver
lo que estás haciendo no me gusta, voy a tener que salir toda
arreglada a la calle como si fuera a misa todos los días. Pero qué
decís, es un auto especial, con un soporte en el techo para las
cámaras y los cables conectados a los equipos que tienen adentro.
Claro pero al parecer en Zupizoreta se les rompió algo y quieren
cambiarlo, ya llevan muchísimos kilómetros y tienen el auto medio
fundido, los equipos son de ellos por supuesto, pero el auto y la
estructura que los soporta supuestamente quieren reponerla, lo
necesitan medio urgente, si querés hablo con el Tuerca Montalva
para que lo gestione, aunque está por tener familia aquél, bueno yo
lo llamo y si no puede me va a decir.
La
noche del día 3 del siguiente mes, llegó una comitiva de avanzada
de manera sorpresiva conformada por dos responsables del proyecto,
que pasó totalmente desapercibida, quizá hasta confundida por algún
ingeniero de la represa en busca de recreación nocturna. El objetivo
de estas dos personas que llegaron antes, era ultimar detalles de
manera tal que cuando llegara el equipo técnico optimizara su tiempo
de estadía en la localidad. Relevaron brevemente el pueblo,
localizaron los puntos clave, consultaron por algún lugar de venta
de autos y terminaron en la puerta del taller El Bujía Alegre,
dirigido por el señor Montalva, que en ese preciso momento se
encontraba en el hospital apoyando moralmente el trabajo de parto que
su esposa estaba comenzando a realizar. El Tuerca Montalva había
recibido un llamado telefónico días previos desde la municipalidad
en el que se le daban instrucciones claras y precisas de cómo debía
proceder en caso de que se presentase una solicitud o interés por
parte del equipo de Google de comprar un auto con determinados
requerimientos. Básicamente, debía atender su teléfono incluso en
el hipotético caso que estuviera sacando él mismo al recién nacido
del vientre de su mujer. Estaba de guardia y punto. Montalva atendió
el teléfono y dejó claro que estaría allí a la brevedad. Se
apersonó al cabo de 40 minutos, pese a las escasas tres cuadras que
lo distanciaban del taller y entregó las llaves del auto que había
estado preparando durante varios días, ya previendo el caso,
suponiendo que en realidad demorarían un tiempo más en llegar al
pueblo, según había escuchado de sus informantes. En la madrugada
del día 4 llegó el equipo técnico y se subió al auto que,
habiendo permanecido toda la noche escondido en el taller El Bujía
Alegre, era un desconocido para el pueblo entero. Sólo Montalva los
vio llegar y su estadía en el pueblo fue tan sorprendente como
fugaz. Antes de que Gladys pudiera extender la noticia en la
peluquería, antes de que la panadería vendiera la mitad de sus
flautas, antes de que la ferretería hubiera vendido algo, antes de
que abriera el bar de manolo, antes de que Ruben pudiera hacer brasa
suficiente para su corte de carne de nivel, antes de que muchos se
despertaran incluso, antes de todo eso el equipo técnico ya se había
ido. Había desaparecido. No había dejado ni rastro. El pueblo había
estado esperando ese momento durante semanas, incluso meses y ya
había sucedido todo, ni siquiera fueron vistos, ni siquiera frenaron
un minuto, ni siquiera compraron una bolsa de bizcochos, cigarros o
lo que fuera, y lo peor de todo, lo que hubiera cambiado mucho las
cosas, incluso el destino mismo del pueblo, ni siquiera se salieron
del auto para sentarse a comer en lo de Ruben la mejor tira de asado
que la historia haya conocido en todas sus épocas. Fue como una
aparición repentina de una nave extraterrestre, que pasó de no ser
nada, a formar una luz cada vez más brillante y potente hasta dejar
de ser visible nuevamente. Se habían ido, no habían dejado nada,
excepto lo que se habían llevado y que quizá en unos meses estaría
colgado en algún lugar de internet. Ese día nació el hijo del
Tuerca, Gugelcar Montalva.
Muy bueno!!!!
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