domingo, 18 de abril de 2010

Caso Zanahoria

Hace unos anos un salvadoreno que conoci me puso el siguiente desafio de cultura general: decir los 7 paises de Centroamerica de norte a sur. Pude acertar con un %75 de efectividad. Luego siguieron las capitales y ahi el rendimiento fue mas bajo aun (ver respuesta al dorso del monitor en letra italica). Pues en el Cono Sur decimos ser cultos, pero poco conocemos de nuestro continente. Suena extrano decir que venir a Estados Unidos me hace conocer mas Latinoamerica, pero de cierta forma, lejos de ser la unica manera, es un camino que se puede tomar para encontrarse con las distintas culturas que caminan en este siglo XXI con un pasado y raices comunes. Es cierto, no somos iguales. Es cierto tambien, no somos tan distintos.
Hace tiempo que mi mente viaja por las rutas de ese pensamiento, en como desconocemos tantas cosas que bien podrian ser obvias y preferimos sin embargo estar con un pie mas cerca de Europa, subestimando lo propio a nuestro continente. No se trata de elegir entre conocer sobre una cosa o la otra, pues el conocimiento tiende a ser menos separatista que la politica y de hecho, podemos aprender sobre A. Latina sin dejar de saber sobre Europa. El Viejo Continente tiene sus encantos, su tremenda historia y una gran parte de nuestras raices, de nuestra forma de pensar, de nuestro andar y de nuestra esencia. Pero por Latinoamerica, ese continente inventado, podemos encontrar un monton de similitudes que llegan a sorprender por la falsa primera premisa que radica en nuestro inconciente de estar quiza mas cerca de Espana e Italia que de este inmenso monstruo de variedades que es America Latina.

Desconocemos demasiadas cosas sobre nuestros companeros de ruta, desconocemos que Simon Bolivar fundo la Gran Colombia, pais que reunia las actuales naciones de Panama, Colombia, Venezuela y Ecuador. Desonocemos que fue dictador de Peru y que fue quien escribio la primera constitucion de Bolivia, que finalmente no fue usada. Desconocemos la obra del venezolano Miguel Otero Silva, desconocemos la existencia de los 31 anos de dictadura dominicana entre 1930 y 1961, desconocemos la existencia de la Republica Federal de Centroamerica entre 1823 y 1829, desconemos el intento de unificacion de que tuvo lugar entre 1895 y 1898 con la Republica de America Central, desconocemos casi todo (por no decir todo) lo que sucede en las llamadas Guayanas, desconocemos la pica entre haitianos y dominicanos, la pica entre colombianos y panamenos, desconocemos que en El Salvador la moneda es el dolar estadounidense, poco sabemos de la relacion de Estado Libre Asociado de Puerto Rico con respecto a EEUU, nada sabemos de las lenguas mayas y de los misquitos y tolupanes hondurenos.

Pues en una charla de tragaldabas latinoamericanos nos encontrabamos un peruano, un venezolano, un hondureno, una panamena, un dominicano y un uruguayo. No asistieron a la velada el salvadoreno y el guatemalteco. Alli cai en la cuenta de lo dificl que seria hacer un diccionario de frutas y verduras incorporando todas las formas de llamarlas en los distintos paises. Pero mas aun, lo imposible que es para un no hispano-hablante la posibilidad de aprenderse los infinitos vocablos que existen a lo largo y ancho de este continente para llamar a la comida. Muchas verduras fueron pronunciadas por nuestros labios y lenguas de paises en desarrollo en esa noche de jueves. Entre la larga lista se destaca lo que en Uruguay se conoce como: banana, poroto, choclo, morron y zanahoria. Los resultados fueron como sigue.
Peru, presidente actual: Alan Garcia.
banana=platano
poroto=frijoles o frejoles
choclo=choclo
morron=pimiento
zanahoria=zanahoria

Venezuela, presidente actual: Hugo Chavez.
banana=cambur
poroto=caraota
choclo=jojoto
morron=pimenton
zanahoria=zanahoria

Honduras, presidente actual: Porfirio Lobo Sosa.
banana=banano o minimo
poroto=frijles (negros o rojos)
choclo=maiz (pepitas) o elote (cuando esta en mazorca)
morron=chile dulce (verde o rojo)
zanahoria=zanahoria

Panama, presidente actual: Ricardo Martinelli.
banana=banano
poroto=poroto
choclo=maiz si es con granos, mazorca si es entero
morron=pimenton
zanahoria=zanahoria

Rep. Dominicana, presidente actual: Leonel Fernandez Reyna.
banana=guineo
poroto=habichuela
choclo=maiz
morron=aji morron
zanahoria=zanahoria

Resolucion. En el primer Congreso de Frutas y Verduras para la Conformacion de un Diccionario Latinoamericano (CdeFyVCDL), por unanimidad, se decide declarar a la ZANAHORIA, como la representante latinoamericana frente a actores externos. Se decide tambien, que pese al papel protagonico de la papa a lo largo de la conquista y las hambrunas europeas, pese a su destacado rol en los estomagos parisinos durante la Revolucion Francesa, se decide ahora, apoyar al caroteno y asociar el naranja como color indudable de la union de este continente. Se apoya la mocion del pepino para futuras negociaciones y queda rechazado todo intento frijolero de ser icono de nuestra identidad. Se declara por ultimo, un rechazo conjunto a cualquier tipo de asociacion de la comida latinoamericana como comida picante y se pretende de esta manera, recalcar los matices de la gastronomia latina, que trasciende fronteras mejicanas y busca deleitar paladares con distintos niveles de pretensiones y exigencias en cuestiones de sal, ajies y pimienta.

Es asi que el Caso Zanahoria toma una trascendencia indudable en tiempos de globalizacion, en tiempos de negocios entre bloques comerciales, culturales y politicos y en los que es necesario salir a buscar una identidad entre paises. Pues America Latina ha sido un historico exportador de materias primas, y las frutas y verduras han sido icono de distintas naciones, tomando para ciertas, un rol fundamental, motor de la economia y del llamado progreso. Tenemos paises con tecnologia de punta y al mismo tiempo con brechas sociales que parecen ingobernables. Somos inestables en las relaciones que tenemos entre nosotros y es por eso que optamos por el pragmatico camino que nos conduce a la muerte largo-placista de negociar por nuestra cuenta. Porque somos desconfiados del vecino y porque no llegamos a la madurez que tienen otros rincones del planeta y nuestra faceta adolescente como bloque nos hace sentir inseguros de nosotros mismos, desconociendo de esta manera el tremendo potencial con el que contamos y la infinidad de cosas que podriamos lograr si tan solo fueramos mas audaces y apostaramos de una vez por todas a encontrar esa identidad como continente y estuvieramos seguros de ella, sin exagerar y sin esconder, pudiendo destacar lo positivo y apuntar a un desarrollo conjunto como pieza cultural de este planeta.
Se agradece su colaboracion en materia culinaria a: Peru (M), Venezuela (D), Honduras (O), Panama (M), Rep Dominicana (E), El Salvador (J).

jueves, 15 de abril de 2010

Tolstoi sobre pinochas

Tengo un par de horitas entre clase y clase. Estoy de bermudas y chancletas color patito. Este calor de abril me hace sentir extrano, pero trato de no preguntar demasiado, no sea cosa que se ponga frio. De hecho esta primavera-verano de abril me hace sentir mas desorientado que la nieve de enero. De todas formas estoy un poco mejor que los varios personajes que me encontre por el camino que desconocian el hecho del opuesto de las estaciones en el hemisferio sur (ni hablar de las estrellas durante la noche).
Ese rato libre aprovecho para almorzar y en el camino me encuentro con un toque en la puerta del ''University Center''. Esas melodias de country me transportan mentalmente a Nashville, TN, un par de meses atras. Tambien, lastimosamente, a mi mente viene la imagen de Jorge Nasser, a quien, luego de verlo en vivo en un escenario compartido con Fernando Cabrera y Agarrate Catalina en el Teatro de Verano, detesto con toda mi alma por la incoherencia de sus declaraciones frente a la explicacion de la letra de una de sus canciones, intentando despertar cierto carino por parte del publico con estrategias populistas de muy baja calidad que suponen un comprtamiento completamente hipocrita. Mi mente vuelve a este pais, Nasser y las dulces melodias del Toto Mendez quedan atras luego de ese rasguido con la sexta en Re que hace sentir mas profundo y mas genuino el estilo ''farm'' de su cantar.

Luego de almorzar, me queda un rato todavia, y dado que mis companeros estan todos estudiando, opto por invitar a Tolstoi a que sea participe de esta tarde veraniega en el verde del campus. Reposando en ese colchon de pinochas, con pocos sonidos humanos, mi mente se transporta a la Siberia del Siglo XIX. Reconozco que no me es facil, dada la incompatibilidad de los mundos que pelean: el presente, el real, y el imaginario, el que se desprende de mi lectura en el bosque. Pronto el calor me vence, las persianas de mis ojos van cayendo, y luego de varias idas y venidas soy derrotado por la digestion, para pasar a dormitar entre los arboles. Algun pajaro charlatan me estorba con sus canticos, pero pronto pasan a ser parte de la melodia de mis suenos. Alguna hormiga arriesgada se pasea por ese cuerpo caliente, con ganas de llevarse su bocado. Lucho, pero pronto me vuelvo tosco y con pocos reflejos. El sueno me esta terminando de vencer, como un veneno que hace efecto muy lentamente. Ya estoy abriendo por completo la puerta del mundo onirico, ya comienzo una vez mas, a divisar el sinfin de propuestas que tiene para mi en esta oportunidad. Puedo elegir en que pensar, imaginar, hacia donde guiar mi imaginario esta vez. De hecho, estoy completamente dormido.

''Hey...hey....hey dude'' se repetia en mi cabeza, bombeando periodicamente, otra vez lo mismo ''hey...hey...hey dude''. Enseguida me desperte, me incorpore, con la sensacion de haber escuchado solamente la mitad de las veces el mensaje que estaba dirigido, ahora si, indudablemente a mi. Seguramente hacia varios segundos que me estaban hablando, pero solo pude percatarme de los ultimos instantes, mientras abandonaba lentamente el sueno.

De pronto siento risas, y enseguida viene la pregunta, que espero que explique la incoherencia del momento. ''Are you ok?''. Mi respuesta es afirmativa, sin palabras, solamente asintiendo con mi cabeza. Explican que pensaron que ''me pasaba algo'' pero que se estan dando cuenta que simplemente estoy tomando una siesta.

Lo raro de la escena, es que duermo al aire libre. Enseguida me doy cuenta, que algo que creo que es normal, aca suena raro. De hecho, mi mente recorre imagenes desde mi llegada, y ninguna senala gente durmiendo en publico. Me doy cuenta que estoy en disonancia, saludo sonriendo y escucho a las estudiantes de enfermeria con clara vocacion de servicio, seguir su camino junto con sus risas por lo ''divertido'' de la situacion. De hecho algo normal para unos, suena ''gracioso'' para otros. La risa, supongo, habra venido de la sorpresa de no encontrarse con un enfermo, un adicto sobrepasado de dosis, y por el contrario, encontarse con una escena completamente sana, respirando naturaleza en ese colchon de pinochas.

domingo, 11 de abril de 2010

14 000 pies...

Ayer me dormi con una ansiedad que hacia tiempo que no tenia. Hoy puedo decir que me duermo con la conviccion de que no soy el mismo que era hace apenas algunas horas. Pues cambiamos en cada instante, en cada segundo, pero solamente a veces es que nos damos cuenta de esos cambios. Seguramente sea en determinadas experiencias en las que vemos el mundo de otra manera y hacen que apreciemos la vida que tenemos y entendamos una vez mas la necesidad de amar con mas intensidad a quienes decimos amar.
Reitero: hoy afirmo que no soy el mismo que ayer, y de eso estoy seguro. Hoy apoyo mi cabeza en la almohada luego de haber visto el mundo desde 14 000 pies de altura, luego de experimentar la caida al vacio, luego de dar un paso literal al abismo. Si bien esto puede que no tenga la trascendencia espiritual que intento darle aqui, sentir el cuerpo al vacio desde semejante altura, es algo que simplemente no se puede explicar y por ello me merece mi admiracion.

Conoci a Andrew la noche anterior, mientras tomabamos unas cervezas. Me habian comentado que era un gran paracaidista. Charlamos brevemente y luego se fue a dormir. Hoy, cerca de las 8am, me entere que era el quien acompanaria mi descenso paracaidista, quien cuidaria de mis espaldas y quien en definitiva pasaba de ser un completo desconocido a ser de quien mi vida dependeria y por ello quiza alguien que me merecia mas que respeto.

La aguja del altimetro analogico sigue subiendo, y a gran velocidad. De hecho, el momento esta casi inmediato. Estamos a 8000 pies, faltan unas decenas de segundos y la luz verde acompanada de la voz gruesa del joven piloto (23 anos) esta por ser anunciada. Andrew me comenta que la primera vez que se tiro fue en 1994. La imagen de mi mismo en pantalones cortos, yendo a mis primeros dias en la escuela en esos anos habla de tiempos lejanos y eso me tranquiliza. En la tripulacion somos diez: nueve hombres y una mujer, cuyas nacionalidades se distribuyen en 6 estadounidenses, 3 asiaticos y un sudamericano. El humor negro y los chistes de hombres cuyos paracaidas fallan se hacen presentes en esos momentos previos. A modo de catarsis opto por reir. Una serie de carcajadas de larga duracion toman control de mi cuerpo y pronto siento que estoy en un espectaculo de Gasalla. Acompanada de la risa incesante vienen golpes suaves en el hombro de mi companero a modo de buscar cierta complicidad en esa mezcla de sensaciones. Me mira y me doy cuenta que siente lo mismo, se rie, y pronto el tampoco puede parar de reir. A mi mente viene la imagen de gente que conozco. No son familiares. Sino mas bien, gente que alguna vez paso por mi vida y quedo grabada como gente, que desde mi punto de vista y juicio, tomaban riesgos en sus vidas, riesgos que los mantenian vivos y riesgos que los llenaban de libertad. Son seres cercanos algunos y otros casi anonimos. Pero todos tienen el riesgo en comun. La aguja ya marca 12 000 pies y ahora si que estamos cerca. Me arrodillo en pose de rezo en una situacion de cuasi relacion con Dios que no tiene fines espirituales sino mas bien practicos. Segundos mas tarde, se enciende la luz verde y se abre la puerta. Sin dudar un segundo, en un estado de frenesi salta el pionero. Sin tiempo para pensar demasiado se que me toca a mi. A mis espaldas esperan las otras 8 personas que aun quedan en el avion. Ahora ya de pie, con los pies apoyados en el borde la puerta, mitad en el marco de la puerta y mitad al aire, me balanceo, tomo impulso y salto.

1 Minuto de Caida Libre
Mi cuerpo, ahora en caida libre, baja a una velocidad cada vez mas rapida. Con la inercia de la velocidad del avion, entro en una trayectoria que viborea en lo alto. Pongo los brazos en forma de L, las piernas flexionadas y las lumbares y pectorales tensionados para alcanzar la postura adecuada. De pronto me encuentro con que mi cuerpo esta en la posicion perfecta y que solo resta disfrutar. Se que lo estoy haciendo bien y no hay riesgo alguno, (aparente). El ruido y frenesi no me deja pensar mucho, se que caigo a una velocida de unos 200km/h, pero no siento tal cosa. Por momentos me siento inmovil en medio de un tornado cuyo estruendo llena toda capacidad sonora en mis oidos. Mi boca sigue cerrada y respiro profundamente con mi nariz un aire con menos presion y oxigeno, pero de una pureza dificilmente alcanzada.

8 Minutos de armonia celestial
Siento un tiron de una fuerza importante, siento que tensiona mis piernas y hace fuerza en todo mi cuerpo, en mis hombros y espalda. Enseguida siento la tranquilizadora voz de Andrew que me explica que eso es la apertura del paracaidas y que, por ahora, no tiene pensado dejarme caer. Se acaba el estruendo continuo que goberno mis oidos en los ultimos 60 segundos y comienza otra etapa del salto. Se acaba la adrenalina pura, el riesgo al maximo para comenzar un viaje placentero y tranquilo con paracaidas abierto, velocidad controlada y un estado de Georgia que espera por ser aterrizado. De hecho el silencio gobierna, la nada se escucha en lo alto, y los sonidos del vacio se hacen presentes en esa armonia celestial. Miro un cielo despejado, ni una nube y siento un placer indescriptible. Un sol que siento mas cercano que nunca. Un sol que me abraza y me acompana, como fiel testigo de las alturas. Miro, por primera vez desde el salto en el avion, hacia arriba y noto la evolucion de los saltos de mis companeros. Veo que estamos, todos, en un viaje colectivo de paz y conexion con la tierra desde lo alto. Veo como contemplan y admiran la belleza de la pequenez de nuestro planeta desde bien arriba. De hecho, es ahi que siento tocar el techo del planeta, de estar mas cerca del fin del globo. Le siguen varias maniobras que permiten balancearme en el paracaidas, girar, dar vueltas y apreciar en 360 la hermosura de La Tierra.

Aterrizo sano y salvo, levantando las piernas, besando la Pachamama, hermosa madre tierra, firme y segura, que nos da de comer y que ahora es la base de mis pies luego de haber pasado uno de los momentos mas impresionantes e indescriptibles que haya vivido. Sin dudas una experiencia que nunca olvidare y que guardo en mi cabeza bajo la caratula de la imagen del paso al vacio en el momento de luz verde al saltar de los 14 000 pies.

Ademas de saltar, tuve oportunidad de pasar 3 dias con la comunidad paracaidista, durmiendo en el angar, a pocos metros del avion que me transportaria al cielo, conviviendo con seres sumamente interesantes, algunos de ellos con poco arreglo mental, otros con historias de experiencia militar y sin dudas con un estilo de vida bien diferente. Adentrandome una vez mas con el "Deep South", pude apreciar como los surenos viven, piensan, trabajan, y suenan desde la tierra y el cielo. Conoci un musico de country encargado de "armar los paracaidas", y que procuraba la seguridad de los mismos y puedo asegurar que para el diminuto pueblo georgiano de Thomaston, los 4 extranjeros paracaidistas fuimos un "big buisness", pues hasta en la estacion de nafta, sabian de la presencia de 3 asiaticos y un sudamericano que habian llegado a sus tierras con ansias de tocar el techo del cielo con sus manos y experimentar algo que seguramente quedara marcado para siempre en sus memorias.
Quien me estrecha su mano en la foto, es Andrew, paracaidista de pura cepa.