jueves, 16 de septiembre de 2010

Puffffffffff

Puffffffffff
No se pinchó, explotó. Iba a velocidad moto, por la rambla, degustando la costa con música rica y buen volumen, conectado con algo especial, viviendo un momento feliz de movimiento y armonía, de brisa y de horizonte, de estrellas y mar...
Hasta que Pufffffffffff
y luego
Psssssssssss
y luego
tac, tac, tac, tac......... tac......... tac............... tac..................... tac,.............................................. tac de la válvula que pega contra el piso y levanta la rueda cada vuelta y cada vuelta cada vez más lenta, y se detiene desilusionada, desinflada, pinchada, explotada, completamente agotada, diciendo basta.
Luego de eso....
La re puuuu...........
y la frustración que sólo un buen bicicletero sabe entender.
Y luego, el optimismo y la estoicidad que buscan gobernar la situación, como para calmar y que no panda el cúnico. Pues a disfrutar de la rambla caminando, con bici pinchada en mano y cambiando la música acorde al paso humano, a ver las cosas con mayor detalle y ver las cosas con otro movimiento.

Pd. esa foto es Harlem.

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