domingo, 23 de mayo de 2010

Días que serán recordados

El viaje técnicamente ha terminado. Ahora tengo tildes y enies. Ya piso veredas cuadriculadas y baldozas flojas. Escucho el ruido montevideano y me rodeo de familia y amigos. Ya no me suena de otro planeta escuchar gente con mi acento y de a poco me voy acostumbrando a las conversaciones locales, a los temas que emocionan y conmueven a uruguayos. Escucho y analizo la visión que me dan amigos y conocidos sobre cómo estamos parados como país en el mundo, sobre nuestra cultura y sobre nuestra sociedad y la comparo con aquella visión de los que están lejos de su país, por el norte, que hasta hace poco venía sintiendo desde allá y haciendo el ejercicio cruzado de compararla a la distancia con la de acá. Se supone que terminó, pero sigo viajando. Se supone que llegué, pero siento que soy turista por momentos. Se supone que me estableceré y volveré a hacer mi vida, pero de algo estoy seguro y es que no volveré a ser el que fui, pues como dicen, esas experiencias marcan y nunca se vuelve del todo. Vas dejando pedacitos de tu alma por el mundo, en una suerte de trueque de vida entre el viajero y el entorno. Es simple, el viajero deja su parte y se lleva otra a cambio. Luego vuelve y ya no es el mismo, para pasar a ser una mixtura de experiencias. Es así que quien viaja va en busca de vida por la vida, en busca de historias y experiencias, encontrando todo y siguiendo en esa eterna búsqueda que siempre tiene algo nuevo para regar el alma.

En ese borbollón de emociones que significa volver al país luego de tanto tiempo, es que me encuentro con un domingo distinto, incomparable con nada que haya vivido hasta el momento. Porque hoy es un día especial. De esos que serán recordados por el resto de mi vida. Y eso, creo, es decir bastante. En el cumpleaños número 25 de mi hermano N, el número 22 que me toca vivir a mí junto a él, mi hermano S, con una calma sorprendente comunica que somos más viejos. Nos dice que seremos tíos, mi madre abuela, mi padre abuelo, que K será madre y que él será padre. Todas esas cosas juntas con tan solo una palabra, con un gesto tranquilo y con una sonrisa dibujada en su rostro, con una mirada que es sólo una ínfima parte de la emoción que debe de haber sentido al contarnos la buena nueva. Quienes estábamos presentes nunca olvidaremos la forma con la que recibimos esa simple frase, que sin dudas cambiará nuestras vidas, pues es el principio de una nueva etapa, pues en cuestión de segundos, todos los allí presentes crecimos un poco, se nos infló el pecho y nuestra mente viajó de emoción imaginando cómo será nuestra casa, nuestra familia y nuestro entorno con esta nueva vida. Fue como si la casa se hubiera inundado de música, de las mejores melodías y de repente una simple nota hubiera cambiado el trayecto de la sinfonía. Hoy es un día especial, pues ya no hay duda que mi juventud cambia su recorrido y se pasea por caminos hasta ahora no transitados. Uno crece imaginando vidas, casando gente y viendo nacimientos en su imaginario, pensando cómo nos veremos de viejos y cómo será un hermano cuando sea padre, cómo será una madre cuando sea abuela, un padre cuando sea abuelo y cómo será una cuñada cuando sea mamá. Eso ya no es algo lejano. Por primera vez es algo que está tan cerca como el próximo cumpleaños, el próximo verano, o los próximos chapuzones en el mar. Es el comienzo de una nueva generación, el/la primero/a de un nuevo grupo de gente, que luego nos mirará como nosotros miramos a nuestro padres y abuelos. Es el comienzo de una nueva vida, en el que esta familia ya pasará a sentarse frente a la mesa de una nueva forma, con nuevos vientos. Puedo decir que ya está transformando nuestras vidas y pronto lo hará con mayor fuerza, modificando nuestra forma de ver las cosas. No hay mucho más que decir, mucho más en qué pensar, solamente sabemos que hoy es un día especial, de esos que serán recordados por el resto de nuestras vidas.

4 comentarios:

  1. No puedo para de llorar, lagrimas de emocion y alegria por esta nueva vida que trae tanta felicidad y esperanza.
    ((Es una nueva sensibiliad con la que estoy aprendiendo a convivir (creo que solo se cura con helado de freddo de dulce de leche :D ))

    ResponderEliminar
  2. Excelente post...
    Es verdad que sos otro, pero seguís siendo vos...
    Felicitaciones tío!!
    Seguimos en contacto.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Qué impresionante! Qué ternura! A brindar por este incomparable comienzo!

    ResponderEliminar
  4. Felicitaciones, Tío!!!!!!!!!!!!!!!! Yo creo que aunque seguro cambiaste, creciste, aprendiste...tu esencia no deja de ser la misma...sos tú pero con una mochila de viajero que vuelve cargada de recuerdos y experiencias imborrables! Abrazo

    ResponderEliminar